Libro nuevo, original y sellado. El Ashtavakra Gita, también conocido como el Ashtavakra Samhita, es un texto clásico de la escuela filosófica Advaita Vedanta, narrado en forma de diálogo entre el maestro Ashtavakra y Janaka, rey de Mithila. Su contenido gira en torno a la naturaleza del Sí (Atman), la realidad sensible y las ataduras que nos ligan a dicha realidad. Como suele pasar con los textos antiguos, no hay mucho interés en clarificar ni la fecha de escritura ni los datos sobre el autor, sabiendo, como se sabía, que la sabiduría es eterna, que el devenir del tiempo es algo con poca importancia, y que el ego del autor debe ser desechado como intrascendente. Así y todo, solemos datarlo, por su forma, en el período Vedanta clásico, entre los siglos VI y IV a.C. y reconocer en Ashtavakra la figura de un sabio iluminado. Lo importante es aquí lo que el canto transmite, que es la irrealidad del mundo sensible, en comparación con lo trascendente y eterno, y la absoluta unidad de la existencia, donde puede equipararse el Brahman, el Dios Absoluto, con el Atman, la divinidad interior. El Ashtavakra Gita examina la naturaleza metafísica de la existencia y el significado de la libertad individual, presentando su tesis de que existe una sola Realidad Suprema (Brahman), la totalidad del universo es unidad y manifestación de esta realidad, todo está interconectado, todo el Ser (Atman , alma) son parte de aquél, y la libertad individual no es el punto final sino un dato, un punto de partida, innato. La obra fue conocida, apreciada y citada por Ramakrishna y su discípulo Vivekananda, así como por Ramana Maharshi, mientras que Radhakrishnan siempre se refiere a ella con gran respeto. Y aunque el canto hable por sí mismo, no se puede obviar que siempre fue grandemente apreciada por todos los sabios que han desandado el camino del hinduísmo, en tanto que presenta las enseñanzas tradicionales del Vedanta Advaita con una claridad y poder que muy raramente se hallan unidos. Lo que Ashtavakra canta no es más que las claves para el camino hacia la liberación: Evitar los objetos de los sentidos como si fueran veneno y cultivar la tolerancia, la sinceridad, la compasión, la alegría y la veracidad como antídoto. Que la principal acción sea el conocerse a uno mismo, como la Conciencia que somos, testigo impasible de todo lo creado. Mantenerse luego viéndose a uno mismo como un observador que se ve incluso distinto a nuestro cuerpo, para alcanzar una existencia libre de ataduras. Esforzarse en superar el dualismo, barrer con el sentimiento de separatividad. Reconocerse, en fin, como ilimitado y sin acción, auto-iluminado y sin mácula.