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Libro nuevo original y sellado Cuentos zen de artes marciales Es un error creer que las artes marciales representan ante todo una técnica de combate. En realidad, ellas nacieron para equilibrar el desarrollo espiritual con un equivalente físico que colabore a un desarrollo del hombre en armonía. Las artes marciales y la Vía iniciática están íntimamente unidas desde los tiempos legendarios. El Kung-fu, por ejemplo, expresa el esfuerzo consciente, el entrenamiento perseverante en vista de realizar una obra de arte o de conseguir el dominio de sí mismo. La confusión proviene de las estrechas relaciones que existen en China entre las artes marciales y la realización del ser humano. Pero la realidad es que la presencia del adversario exige lo más caro que el hombre puede dar: la presencia de sí mismo en cada gesto. Para aleccionar en este camino, los grandes Maestros han utilizado desde siempre la virtud mágica de los cuentos para hacer presentir lo inefable. No es nada extraño que las narraciones de artes marciales encierren el sentido profundo de estas disciplinas que ante todo son una escuela de vida. La tradición japonesa, como todas las tradiciones antiguas, es extremadamente rica en cuentos y en narraciones de todo tipo. Pascal Fauliot ha hecho una gran obra de adaptación al reunir estos cuentos y narraciones de las artes marciales en esta pequeña obra. En ella podemos apreciar como, de una manera indirecta, a través del cuento o de la poesía, se enseña la auténtica sabiduría. Estas historias tienen como meta hacernos comprender que el umbral a alcanzar y la verdad a comprender nunca son evidentes, que la verdadera eficacia es a menudo secreta y oculta, incluso voluntariamente disimulada. Estas narraciones ejemplares no son lecciones morales, no tienen nada que demostrar. Su objetivo es otro: provocar preguntas cuya única respuesta es la práctica. Poco a poco, el aprendiz descubre las leyes que rigen las fuerzas sutiles con que la vida está tejida, y aprende que la calidad de sus obras depende del dominio de sí mismo, de lo que él es. Su trabajo exterior es el soporte de una metamorfosis interior.
