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92 páginas Ediciones Chakravarti, 2022, Argentina Libro nuevo sellado y original "El arte de la guerra" de Sun Tzu, escrito en el siglo V antes de Cristo, sigue siendo hoy no sólo el tratado más antiguo que se conserva sobre el tema, sino la referencia ineludible sobre estrategia, cuya profundadidad y vigencia permanece insuperado hasta el día de hoy. Seguramente lo sea también en el futuro ya que el pensamiento humano no parece más que decaer si se tiene en cuenta los grandes puntos de referencias como los de Sun Tzu, y el pensamiento taoista del que se nutre, hasta el punto que los actuales tratados de estrategia empresarial no hacen más que parafrasearlo constantemente. El Arte de la Guerra ha sido siempre considerado el mejor libro de estrategia de todos los tiempos. Inspiró a Napoleón, Maquiavelo, Mao Tse Tung y muchas más figuras históricas. Este libro de dos quinientos mil años de antigüedad, es uno de los más importantes textos clásicos chinos. Ninguna de sus máximas ha quedado anticuada, ni hay un solo consejo que hoy no sea útil. Pero la obra del general Sun Tzu no es únicamente un libro de práctica militar, sino un tratado que enseña la estrategia suprema de aplicar con sabiduría el conocimiento de la naturaleza humana en los momentos de confrontación. No es, por tanto, solo un libro sobre la guerra; es una obra para comprender las raíces de un conflicto y buscar una solución. “la mejor victoria es vencer sin combatir”, nos dice Sun Tzu, “y ésa es la distinción entre el hombre prudente y el ignorante”. Sun Tzu desciende no pocas veces a la táctica militar, las más de las veces se situa en el plano estratégico, pero siempre mantiene la altura de la filosofía oriental. Es así que promulga permanecer en la vía del cielo y la tierra, de mantener la grandeza sin demostrarla, de actuar sin actuar, adaptándose a las situaciones. El autocontrol y el domino de las emociones es base ineludible. La invencibilidad para él radica en conocerse a sí mismo, en tando que la vulnerabilidad debe buscarse pacientemente en el adversario. Por ello nos ha dejado la máxima: "Si te conoces a ti mismo pero no al enemigo, por cada victoria que ganes también sufrirás una derrota. Si no conoces ni al enemigo ni a ti mismo, sucumbirás en cada batalla. Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no debes temer el resultado de cientos de batallas"
